La comunicación es un punto medular en cualquier rubro, así que es palanca vital en la prevención, procuración y administración de la justicia. Morelos, en tanto, falló con Cuauhtémoc Blanco y un solo evento actual muestra la fragilidad institucional y las verdades “mal hechas y dichas informando que lo qué pasó, no pasó, o si pasó, fue leve”.
Así se entiende lo expresado por el fiscal Uriel Carmona luego de los hechos violentos y durísimos en el principal hospital de Morelos y alrededores. Quedo claro que los cabezas en las mesas de seguridad, fallan en la comunicación entre sí, o que está, de plano, no existe.
Porque no se entiende una mesa completa si no están ahí los que tienen o debieran procurar justicia. Es como una mesa con tres patas. Todos conocemos las circunstancias del divorcio TODAS las FUERZAS contra la FGJ, pero para efectos prácticos, preguntaos: ¿eso que le importa a la sociedad morelense?
Que hagan lo que deban, pero ya, es vital…
Los sucesos del jueves en el IMSS llegaron a todo Mexico y trasladaron fronteras en America y el Mundo. Los hospitales públicos han sido una especie de “territorios neutrales” o de respeto en guerras por el mundo, incluso entre grupos de la delincuencia organizada en nuestro país.
El acontecimiento esa tarde-noche era el tema por todas partes. Lo vieron y escucharon no solo centenas de pacientes, familiares y empleados, también desde las calles de una zona congestionada vial y peatonalmente, un punto vital de nuestra capital, nada más el principal hospital regional, incluyendo el norte de Guerrero y el poniente del Estado de México.
Tras los violentos hechos, y por millones vistos, oficialmente NO PASÓ NADA. Ni hemos leído y escuchado posicionamientos oficiales. Toda ka sangre y la basura echada bajo una luida alfombra sucia y pestilente. Aquí no pasa nada…
Entonces obligados los cuestionamientos a los tres niveles de gobierno en lo político, social y policiaco.
¿Que sirve más a una sociedad?: ¿decirle la realidad cuál sea o mantenerla lejos de su realidad cotidiana y difícil?
¿Qué pasó en el hospital regional del IMSS de la avenida Plan de Ayala? ¿Donde, en que dependencias de gobierno, luego en que medios de comunicación, se conoce el transcurso del terrible y durísimo hecho y las consecuencias, cuales sean?
Es ya costumbre que con el perverso pretextó del pernicioso y ambiguo debido proceso, los morelenses no conozcamos siquiera a los agresores y, lo dramático, a las víctimas. Clásico y también costumbre, enterarse tras largo tiempo qué tal o cual fue asesinado, por ejecución u otra razón, “hace tanto y dicen que por..”
El derecho de la sociedad a ser informada en Morelos dejó de existir hace muchos años, hoy mismo lo vivimos con lo de la Clínica Uno del IMSS. Hablamos de la obligación oficial del gobierno de consignar y dar lo ofrecido al ciudadano, desde la secretaria de Seguridad Pública, de la Fiscalía, de los que están obligados. Al pueblo le vale “queso” los pleitos, rencillas, diferencias o chismes entre ellos. Están débiles o rotas las patas de la gran estrategia que salve a los morelenses de la inseguridad, por un lado. Por el otro, son irresponsables quienes vayan contrario a lo que están obligados como servidores públicos.
Estrategia oficial o no, apostarle al olvido nos hace a los ciudadanos y a las instituciones más vulnerables. En los seis años del bandido irresponsable Cuauhtémoc Blanco, hubo más de ¡siete mil homicidios!, de los casi 200 mil en el país. Aportamos como el 3.5 del total nacional cuando poblacionalmente estamos por el 1.7, es decir que la realidad de Morelos, lamentable y tristemente, está brutalmente rebasada, al doble pues.
Las cifras que dan los mismos órganos del gobierno federal, claras y precisas, y colocan a Morelos como entidad contaminada por la violencia y porcentualmente por habitante, “de alto riesgo”. Eso lo sabemos la mayoría de habitantes aquí, pero en el tránsito del hecho grave a la responsabilidad oficial, el manejo simple y llano en los medios, la auto o censura o acuerdo para “no ir más allá”, es necesario saber porque beneficia a la autoridad y debilita a la sociedad no informada.
Al final: daña a todos y la mentira, una y otra vez, nos hace frágiles, abusivo por aquellos funcionarios que ven a la sociedad sin mayor interés.
¿Es un derecho o no? O es decisión absoluta, suprema, divina, perversa y ladina, dar un testimonio oficial opuesto al cien por cien, de lo que la población conoce y, por esa deformación de la información, corrige y hasta aumenta ya en las calles, en los patios y en los hogares.
Esa noche del jueves, estuvimos largo tiempo en un negocio de antojitos en la entrada de uva colonia popular, y en tres mesas la Inter actuación era sobre “lo del seguro” y lo comentaban cuando menos 10 de las 15 personas presentes.
Si, fue noticia por todas partes, pero en Morelos no trascendió por razones que empiezan a verse: aunque sigan cayendo personas por la razón que sea, el silencio por ignorancia o de acuerdos (que se entienda bien: acuerdos), esconde el miedo hasta hacerse enfermedad, esa misma que la sociedad morelense padece ya por lustros y no tiene, por el momento, cura.
Triste, mucho, pero evidente, y que lo desmientan quienes como los del jueves, dicen que NO PASÓ NADA aunque lo vieran y escucharan cientos de personas y corriera por nuestras vías, las nacionales y en sitios del mundo
Eso pasó con los trágicos hechos el jueves en la clínica del IMSS y ha sucedido en los caminos de Morelos durante los últimos 5, 10, 15 años y hoy mismo…
¿Tengamos esperanzas de mejoría? No hay de otra.
Pero en esos pleitos cuasi personales que traen, si le preguntan a la sociedad, seguramente escogería lo congruente y razonable:
—Que se larguen, encarcelen, cesen, destituyan a los que no sirvan y sean escollos en la dura encomienda de mejorar condiciones a una sociedad lastimada en extremo como es la nuestra.
¡Como que ya estuvo..!
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